viernes, 9 de febrero de 2007

ANTECEDENTES en arteBA 2006

Apertura de arteBA 2006... el arte está de fiesta en Buenos Aires

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El Barrio Joven está creciendo, arteBA este año tiene más espacio para los artistas emergentes, donde podemos comprar excelentes originales de Fabio Risso, artista de Appetite, a solo u$s 500 (No intenten comprar el cuadro grande porque ya fue vendido a un coleccionista que Daniela prometió no revelar).


También habrá que tener alguna obra de Nicanor Araóz porque parece que ya le echaron el ojo desde España y lo comprometieron para una muestra individual en una ciudad cercana a Barcelona…

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fuente: ARTISTAS DE BUENOS AIRES de Angie Röytgolz

http://artistasdebuenosaires.blogspot.com/2006/05/apertura-de-arteba-2006-el-arte-est-de.html

jueves, 8 de febrero de 2007

VICTORIA MUSSOTTO is a stunning artist

Victoria Musotto

The Ostinatto Buenos Aires Hostel, around the corner from Appetite, also has a commercial gallery space downstairs, which Appetite is currently using to show one of its member’s works.
The 21-year-old Victoria Musotto is a stunning artist. If I had the money, and somewhere to keep them, I would buy every one of these paintings and have them as my private stash. You wouldn't need booze or drugs to pick you up if you had one of these at home.


I don't think I've ever seen paintings that made me feel so good, so happy: like getting sucked into one of those electric-blue cocktails that spits you back out feeling light-headed and light-hearted. So full of color and spirit and energy, if you were to hang these in an old folk's home, you would have them throwing away their walkers and getting down to some House music.


fuente: ArtInfo by Oscar McLennan, 15/10/2006
http://www.artinfo.com/News/Article.aspx?a=22659

YAMANDÚ RODRÍGUEZ y su su fisgoneo programático

Belleza y Fisicidad

Yamandú Rodríguez es lo más. Algunos amigos me critican porque dicen que escribo maravillas sobre todos. Por supuesto, soy de las que responden flaubertianamente: escribo sobre mis gustos antes que sobre mis disgustos. De Yamandú me atrae su fisgoneo programático, su búsqueda en las zonas más reprimidas de todas las chicas: Yam proporciona el empujoncito mínimo para que despleguemos nuestras fantasías temidas; él es un atomizador de represiones. Lo mismo sucede con Daniela Luna, sobre quien escribiré más adelante. Me acuerdo de un reportaje en el que Pángaro decía: somos lo que parecemos, y yo agrego: debemos parecernos quienes no intentamos ser. Si Silvina Ocampo escribía sobre sus decepciones, ya que éstas la arrojaban a mundos jamás previstos, Yamandú improvisa mundos que todo el tiempo están a punto de no existir: sin dudas muchas de esas chicas no se hubieran animado a dar el salto y mostrarse sin que nuestro artista las hubiera estimulado. Eso es: Yamandú es un constructor de estímulos. ¿Escucharon a Loquero, su banda? Es impresionantemente estimulante. Ya ven: este muchacho nos lleva del pogo mental al no mental sin perder ni un mínimo de gracia y fisicidad.

Como si fuera poco, tiene sitio. Clickeá y te lo vas a encontrar. [Sitio de Yamandú]



fuente: Blog MaoLenin de Anita, 3/02/2007
http://maoylenin.blogspot.com/2007/02/belleza-y-fisicidad.html

YANINA SZALKOWICZ, inventora de máquinas divinas

Me gustaría que mi biografía se titulara The Fantastic Plastic Machine

Otra de mis artistas favoritas es Yanina Szalkowicz. Me alucina lo que hace. Vi su muestra en Appetite, en realidad fue la primera individual suya que pude ver; antes fueron algunas obras sueltas acá y allá. Pero la que realmente me hizo delirar, por su sutileza y contundencia, fue la máquina flâneur que instaló en Estudio Abierto, en la curaduría de Rafael Cippolini. En el arte medieval, en los retablos, el espectador siempre debía mirar hacia arriba, al cielo (o a un techo alto que hacía de cielo). Yanina también nos invita a mirar hacia arriba, pero para examinar un catálogo de pequeños recuerdos: perros sonrientes, flores, cielos, todo instalado en una máquina que resguarda esos detalles ínfimos y alucinantes y los detiene en una fuga ocular y maquínica.


La Fantastic Plastic Machine (así se titula la obra) es otra apropiación: una máquina retransformada, reutilizada y convertida en un artefacto que se nos antoja una pieza de museo de un mundo paralelo, pero muy parecido al nuestro. Una máquina que también podría ser nuestro órgano emocional, engranajes y poleas que retienen lo que no queremos que se esfume en el olvido. Si Luciana Lamothe produce acciones que dejan huellas que parecen heridas pero finalmente nos sanan, Yanina Szalkowicz se convierte en una inventora de máquinas divinas, en la generadora de una usina que articula los relatos mínimos de nuestras vidas. Me apropio de The Fantastic Plastic Machine y la convierto en mi biografía de detalles queridos sin saber por qué, hago míos esos recuerdos para siempre ¡Al final era una máquina de implantar cerebros ajenos!. Si así fuera ¡quiero más, me hace feliz! Si mi pieza no fuera tan chica, me encantaría robarme The Fantastic Plastic Machine y llevármela para siempre. O por un rato bien largo.

En el último número de Éxito, Claudio Iglesias escribió una nota muy linda sobre la muestra. Se las recomiendo.